¿Hasta qué punto hay que aprovechar recursos de la naturaleza sin
perjudicarla?
En varias ocasiones podemos pensar que el gobierno, con el ánimo de
desarrollar una economía sostenible, no hace lo necesario para que el
ecosistema se mantenga en óptimas condiciones. Por el contrario, sobreponen
dichos intereses económicos sobre los ecológicos, llevando la naturaleza al
límite y llegando al punto en que no es posible seguir explotando ciertos
recursos. El conflicto se debe en gran medida a que el hombre busca sacar el
mayor provecho de las zonas más ricas en términos de materias primas. Sin
embargo, hay países con abundancia en este aspecto y numerosos problemas de
desaceleración económica. De igual manera, hay otras naciones que sin tener
abundancia en recursos medio-ambientales, deciden explotar sectores que les
resultan más productivos (tecnología, educación, etc.). En conclusión, el
impacto que causa el mal manejo de los recursos se distribuye de una
manera desigual en la población, es decir, el efecto recae en las zonas más
vulnerables de la sociedad, puesto que en estas zonas se encuentran
quienes tienen menos posibilidades de acceder a los pocos recursos disponibles.
Son estas personas, las más afectadas, quienes protestan por la seguridad ambiental,
un mejor acceso a los recursos naturales y la buena distribución de los mismos,
esto con el fin de corregir de cierto modo las decisiones que ejerce el
gobierno al convertir un recurso natural en un recurso económico.
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