"Toda estrategia de desarrollo impuesta trae oculto intereses económicos por los recursos y la dominación del lugar"
El intervencionismo norteamericano es un claro ejemplo de ello, ya que al Estados Unidos evidenciar la riqueza de Latinoamérica decidió aprovechar y brindar la idea de que el desarrollo “sólo se podía alcanzar si se asemejaban en todos los aspectos a los anglosajones”, cuando en realidad al intentar imitar modelos para lograr su desarrollo y una estabilidad fracasan por las diferencias históricas y contextuales que existen entre cada país; como sucedió en Latinoamérica con su gran riqueza en recursos y la ilusión de desarrollo vendida por la gran potencia mundial, Estados Unidos, los cuales, detrás de aquellos planes de desarrollo propuestos por dicho país, presentaban intereses económicos en los recursos que tiempo después generarían ganancias, conflicto y competencia, explotación y dominación en el territorio. Esto sumado a la idea que la riqueza se medía por el ingreso per cápita, las instituciones y profesionales, alrededor de la década de los 50, contribuyó a pensar que países proveedores de materia prima se consideraban pobres porque no superaban el tope de ingresos, pero aquellos que transformaban el recurso se les considera desarrollados aunque dependieran de los primeros; y esta concepción se ha mantenido desde hace 60 años, generando aún más división de la existente.
A modo de conclusión, cuando un país con menos experiencia en las dinámicas de desarrollo pretende usar estrategias de uno con mayor recorrido en ese aspecto, el primero termina convirtiendose en el proveedor de recursos del “desarrollado” y teniendo más experiencias desfavorables que benéficas.
- Camila Gutiérrez Pérez
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